Reconectarse en una crisis: el COVID-19 ha llevado a una relación más positiva con la tecnología
• La encuesta a 32.000 personas en 22 mercados realizada por Dentsu Aegis Network revela una interacción más positiva con la tecnología.
• Las personas en los mercados emergentes están liderando el camino, especialmente en términos del uso de la tecnología para mejorar y controlar su salud durante la cuarentena.
• Más allá de la crisis, dos tercios esperan que las marcas garanticen que su uso de la tecnología beneficie a la sociedad en su conjunto; una proporción similar cree que todas las marcas deben desarrollar productos y servicios que apoyen el bienestar.
• Todavía existen preocupaciones sobre los impactos negativos a largo plazo de la tecnología: más de la mitad (57%) de las personas en todo el mundo cree que el ritmo del cambio tecnológico es demasiado rápido y que está fomentando las desigualdades en todo el mundo.
La última edición de la encuesta Digital Society Index (DSI) realizada por Dentsu Aegis Network destaca como, durante la pandemia de COVID-19, el mundo ha entrado en un nuevo período de “tech-love”, interactuando con la tecnología de una manera más positiva, revelando que un tercio (29%) de las personas cree que la tecnología les ha permitido conectarse con amigos, familiares y el mundo que los rodea durante la cuarentena, mientras que una proporción similar (29%) de las personas en todo el mundo cree que la tecnología les permite relajarse y desconectar en un momento de posible estrés.
La encuesta se realizó entre marzo y abril de 2020, pico de la pandemia en todo el mundo, analizando las opiniones de 32.000 personas en 22 mercados en términos de la relación de las personas con la tecnología, el efecto negativo en su bienestar, así como su conexión con amigos y familiares.
El estudio revela que las personas en los mercados emergentes están aprendiendo nuevas habilidades y mejorando sus conocimientos, impulsados por el aumento de soluciones digitales y cursos online. Con más tiempo en casa para aprender, casi la mitad de las personas encuestadas en Sudáfrica (46%), México (44%) y Brasil (43%) han estado utilizando la tecnología para ello, mientras que una quinta parte de las personas en el Reino Unido (18%) y una cuarta parte en los EEUU (24%) han estado utilizando la tecnología para aprender nuevas habilidades con el uso de aplicaciones educativas y seminarios web, por ejemplo.
En términos de diferencias de género, las mujeres (32%) son más propensas que los hombres (27%) a decir que se sienten más comprometidas con amigos, familiares y el mundo que las rodea gracias a la tecnología. Este es particularmente el caso en los mercados de Europa del Este, por ejemplo en Polonia (38% femenino frente a 27% masculino) y Finlandia (37% femenino frente a 20% masculino).
Las personas en Sudáfrica parecen estar usando la tecnología para monitorear su salud física y mental más que cualquier otro país, con un tercio (29%) de los encuestados que dicen tener aplicaciones de salud o usan dispositivos portátiles. Seguido por una quinta parte de todos los polacos, singapurenses y brasileños (22%). Casi una quinta parte (17%) de todos los estadounidenses dicen que hacen lo mismo.
Como reflejo de un compromiso positivo con la tecnología durante la pandemia, las personas son cada vez más optimistas sobre el papel de la tecnología en la sociedad. Una proporción cada vez mayor de personas en todo el mundo cree en la capacidad de la tecnología para resolver los desafíos sociales, como los problemas de salud como COVID-19: 42% en 2018 frente a 45% en 2019 y ahora 54% en 2020.
Nuevas expectativas de marca
Este optimismo se traduce en mayores expectativas de marca. La pandemia ha obligado a las empresas a reconsiderar sus interacciones con los consumidores. Cuando se trata de proporcionar nuevos servicios para ayudar a las personas mental y físicamente, un 66% de las personas en todo el mundo dice que no solo ‘desearía’ sino que espera que las organizaciones usen la tecnología de manera que tenga un impacto social positivo más amplio en los próximos cinco a diez años. Más de la mitad en los EEUU (60%) y el Reino Unido (59%) se sienten de esta manera, y las personas en China (84%) y Sudáfrica (82%) son quienes más lo necesitan.
Además, en el futuro, cada marca será una marca de salud. Dos tercios de los consumidores esperarán que las marcas desarrollen productos y servicios que mejoren su salud y bienestar. Esto es particularmente fuerte en el caso en los mercados emergentes, por ejemplo, 8 de cada 10 personas en China, Brasil y Sudáfrica tienen lo esperan.
Juan Pedro Mc Cormack, CEO Dentsu Aegis Network Argentina, comentó: “En un panorama nuevo, en el que nos hemos tenido que adaptar como sociedad e individuos a un cambio radical en nuestra vida en su totalidad, la tecnología se volvió un facilitador útil y necesario para todas nuestras necesidades, desde conectarnos con amigos y familia y mantenernos unidos a nuestros seres queridos, aprender, trabajar, divertirnos y relajarnos, llevándonos a tener una relación más positiva con la tecnología con adopción de diferentes plataformas y servicios incluso entre las personas mayores -dos tercios de las personas de entre 55 y 65 años son más propensos a comprar en línea, por ejemplo-. El COVID-19 ha impulsado a las marcas a utilizar la tecnología para impulsar su relación con sus clientes con el objetivo de respaldar y potenciar su bienestar y el desafío será garantizar no solo el impacto positivo en los consumidores para satisfacer sus necesidades sino en la sociedad en su conjunto, desafíos sociales y ambientales”.
Cuidado con el “tech-lash”
A pesar de los beneficios a corto plazo de la tecnología durante la pandemia, el informe de Dentsu Aegis Network muestra que hay una tendencia a más largo plazo de un “tech-lash”, una negatividad hacia la tecnología que se ha sentido en algunos países más que en otros.
En todo el mundo, el 57% de las personas cree que el ritmo del cambio tecnológico es demasiado rápido (un nivel que ha sido constante desde 2018). Casi la mitad de las personas encuestadas también cree que las tecnologías digitales están aumentando la brecha de desigualdad entre ricos y pobres, un sentimiento más visto en Sudáfrica (61%), China (61%) y Francia (57%).
Si bien las personas en las economías emergentes han adoptado en mayor medida la tecnología durante la cuarentena, también son las que tienen mayores probabilidades de tener las percepciones más negativas sobre la tecnología. Por ejemplo, el 64% (frente al 55% en 2019) de las personas en China cree que la tecnología ha tenido un impacto negativo en su salud y bienestar, seguido de Singapur (47%) y Hong Kong (41%).
A pesar de que las redes sociales están ayudando a las personas a mantenerse conectadas, casi una quinta parte de las personas en el Reino Unido (17%) y EEUU (14%) han descubierto que la tecnología les ha provocado más estrés mental y más dificultades para desconectarse. Esto es más alto que el promedio global de una de cada 10 personas (13%).
“Nuestra nueva dependencia en las tecnologías digitales se enfrenta a un ´tech-lash´ de varios años, especialmente en países donde se percibe que la tecnología tiene un impacto negativo al volver a la sociedad más desigual y acrecentar la brecha digital en las habilidades de las personas y el potencial de tener mejores empleados basados en su capacidad. Al mirar hacia la recuperación y los próximos años, las marcas deberán centrarse en brindar soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas y brindar experiencias útiles a las personas, para lograr que la relación positiva con las tecnologías pueda perdurar más allá de la crisis. Será primordial para las marcas acelerar sus estrategias digitales, desarrollar el e-commerce de la mano con la construcción de marca y anticiparse a las necesidades futuras del consumidor”, agregó Mc Cormack.