Las 5 tendencias que están marcando la forma en que se consumen alimentos
Un nuevo estudio global de Accenture muestra que los consumidores están optando cada vez más por comer en el hogar; que buscan vivir una experiencia al momento de consumir alimentos y que exigen ingredientes y productos saludables, de origen sustentable y local.
Cuando el COVID-19 generó disrupción en todos los niveles, cambió los comportamientos, las preferencias y las expectativas de los consumidores casi de la noche a la mañana. Y en ningún lugar es más cierto que en las preferencias alimentarias. A medida que los consumidores adquieren nuevos hábitos sobre qué, dónde y cómo comen, existen importantes implicancias y oportunidades para las marcas de bienes de consumo, retail, viajes y hostelería. Un nuevo estudio de Accenture identifica las 5 tendencias que están marcando la forma en que consumimos alimentos.
1. Desde el restaurant, hasta el hogar:
Los consumidores se han adaptado rápidamente a comer más en casa. Y es probable que estos nuevos hábitos se mantengan: 56% de las personas a nivel mundial tiene la intención de pasar menos tiempo comiendo fuera de casa en el futuro y uno de cada cinco cocinará para sí mismo con más frecuencia. Muchos consumidores también han vuelto a familiarizarse con las técnicas de cocina, el 40% cocina la mayoría de sus comidas desde cero y casi dos tercios prueban nuevas recetas. Además, 84% de los consumidores globales busca inspiración durante su experiencia de compra en el supermercado. Las marcas han dado un paso adelante para ayudar con prácticos kits de comida preparada, mientras que los restaurantes han innovado con la comida para llevar y las entregas. Cuatro de cada diez consumidores pedirían un kit de comida de un restaurante para preparar en casa al menos una vez al mes.
Ezequiel Arslanian, Director Ejecutivo de Accenture Interactive Hispanoamérica, explicó que “utilizando una estrategia basada en datos, las empresas deben considerar cómo aumentar la comodidad y mejorar la experiencia general del consumidor, descubrir lo que las personas están dispuestas a pagar y el impacto en la rentabilidad. Así también, deben considerar la posibilidad de ampliar su oferta. Los hoteles y las empresas de hostelería, por ejemplo, pueden diversificarse en el reparto de comida, inspirándose en servicios como Marriot on Wheels”.
2. Comer se convierte en una experiencia:
Antes de la pandemia, comer era una cosa más que había que hacer en un día ajetreado. Pero el ritmo de vida más lento impuesto por el COVID-19 ha hecho que la gente tenga más tiempo para disfrutar de la comida. Para algunos, se trata de buscar la comodidad en ingredientes conocidos o de tener más control sobre la planificación de las comidas. Para otros, se trata de redescubrir marcas y recetas. También hay un deseo creciente de “viajar a través de mi plato”, descubriendo una nueva cultura o país a través de su cocina.
Arslanian destacó que “esta es una oportunidad para las marcas para inspirar a los consumidores informándoles sobre ingredientes nuevos e inusuales y creando gamas de productos interesantes para ofrecerles experiencias relacionadas con la comida. Para esto, la analítica avanzada es clave. Así también, las empresas de viajes pueden sacar provecho repensando la forma en que la comida complementa toda la experiencia del viaje y la hospitalidad”.
3. La salud ante todo:
La salud y el bienestar son cada vez más prioritarios para los consumidores, especialmente en la elección de alimentos. La gente se preocupa más por su dieta y su estilo de vida. El 69% de los consumidores a nivel mundial ha hecho al menos un cambio positivo en su dieta, como comer más fruta y verdura, desde que empezó la pandemia.
Arslanian sostuvo que “en este contexto, las marcas pueden adoptar un enfoque holístico y personalizado de la salud mental y física de los clientes, combinándolo con experiencias alimentarias agradables. Así, por ejemplo, los consumidores buscarán que las empresas de viajes se hagan eco de sus estilos de vida saludables y las marcas pueden responder ofreciendo experiencias de bienestar en las estancias, como sesiones de yoga u opciones de desayuno saludable en el vuelo o en el hotel”.
4. El impulso de la sustentabilidad:
La pandemia hizo que la gente tuviera más tiempo para reflexionar sobre la belleza de la naturaleza, así como sobre su fragilidad y su potencial amenaza. Eso ha aumentado la importancia de la sostenibilidad en la mentalidad del consumidor. La gente quiere marcar la diferencia. Pero necesitan ayuda. La mitad de los consumidores considera que no conoce bien qué marcas son sostenibles o éticas y cuáles no. Dos tercios (66%) de los consumidores de todo el mundo dice que compra de forma más responsable ahora, y 85% quiere hacer algún tipo de cambio en su forma de vivir, comprar y comer.
Ezequiel Arslanian explicó que “en este contexto, las empresas de consumo necesitan análisis avanzados y actualizar su segmentación para incorporar las expectativas de la gente en cuanto a productos y servicios sostenibles/éticos. Los minoristas pueden considerar la posibilidad de hacer hincapié en las gamas de productos sostenibles y ofrecer servicios de reciclaje. El desafío es importante al considerar que menos de un tercio de los consumidores cree que las empresas lo hacen bien en la actualidad. La industria de viajes y turismo puede también desempeñar un papel único a la hora de mostrar las innovaciones locales. También pueden liderar la lucha contra los plásticos de un solo uso, abogando por opciones más sostenibles como parte de sus servicios”.
5. Foco en lo local:
La pandemia hizo que la gente volviera a conectarse con sus comunidades, reconociendo que las tiendas de comestibles y los restaurantes locales ofrecían calidad y comodidad, y necesitaban apoyo para seguir funcionando. El trabajo a distancia también ha hecho que muchas personas se replanteen sus opciones de estilo de vida, incluido el lugar donde viven. Es así como 55% de los consumidores mundiales quiere que el retail les ayude a comprar productos de origen y producción local.
Ezequiel Arslanian explicó que “para los bienes de consumo, lo “local” requiere una analítica avanzada para aprovechar los datos, así como una distribución que sirva a esas tiendas y ayude a impulsar el tráfico. Los minoristas pueden tratar de destacar los productores y productos locales en las tiendas y en línea, y ampliar el papel de las tiendas para crear sus propios centros comunitarios. Por su parte, las marcas de hostelería tienen una oportunidad clave para destacar los restaurantes e ingredientes locales en los hoteles o los recorridos gastronómicos locales”.
El experto concluyó que “es posible que el amor y el interés de los consumidores por la comida nunca hayan sido tan grandes. El cambio en sus prioridades y comportamientos ofrece importantes oportunidades a las marcas de bienes de consumo, comercio minorista, viajes y hostelería, siempre y cuando cuenten con la capacidad de análisis avanzado necesaria para comprender lo que los consumidores realmente quieren y están dispuestos a pagar. La mayoría de las empresas tendrá que explorar nuevos modelos de negocio y asociaciones para satisfacer las necesidades de la gente. La experiencia es ahora la herramienta clave para generar valor”.