Limpio, ecológico y accesible: lograr un equilibrio entre sustentabilidad, higiene y valor en los envases.
En un mundo COVID-19, las empresas que pueden equilibrar la sustentabilidad, la higiene y el valor construirán equity de su reputación a largo plazo y una mayor probabilidad de éxito de sus marcas.
Enfrentar la “nueva normalidad” post COVID-19 implicará equilibrar tensiones en competencia: el nuevo énfasis en la higiene, la sustentabilidad en tiempos de emergencia climática y la crítica necesidad de generar valor en tiempos de recesión.
Muchos consumidores de todo el mundo se enfrentarán a presiones de las necesidades más inmediatas descriptas por Maslow como de “orden inferior” (salud e ingresos disponibles), por lo que la sustentabilidad corre el riesgo de no ser prioritaria en la práctica, a pesar de la fuerza que ésta viene cobrando.
Al asumir posiciones de liderazgo social y ético, los fabricantes pueden asegurar que sus consumidores no se vean obligados a hacer concesiones incómodas entre estos factores. El desarrollo de productos y envases deberá satisfacer igualmente la demanda de la “nueva normalidad” de una higiene estricta, las restricciones inmediatas sobre los gastos domésticos, así como el reconocimiento social a largo plazo de la sustentabilidad, si vamos a salir de esta crisis con la humanidad fortalecida.
La sustentabilidad, sigue siendo relevante incluso en el apogeo del COVID-19, como lo ilustran las actitudes de las personas hacia la salud y el medio ambiente. En “limpio, ecológico y accesible” encontramos que aquellas empresas que pueden seguir impulsando el cuidado ambiental vs una menor confianza del consumidor y una mayor sensibilidad a la higiene, tienen la oportunidad de construir equity de reputación a largo plazo y mejorar las posibilidades de éxito.