El 2020 resultó un año inolvidable en todo sentido. Los consumidores se replegaron en sus hogares y desarrollaron (a la fuerza, pero con creatividad) nuevas formas de comprar, de consumir, de relacionarse con sus seres queridos y de cuidar su salud y bienestar. Es solo un año, pero parece que hubiera sido otro mundo.
Por eso desde Youniversal -consultora regional especializada en investigación y tendencias- han realizado distintos estudios para comprender estos cambios y sus impactos para las marcas.
En esta ocasión, analizaron cómo se habían resignificado el bienestar con la pandemia y qué aprendizajes habían dejado en el consumidor, así como sus implicancias para las marcas. Para ello, realizaron entrevistas y encuestas a 1000 casos a nivel nacional -durante enero 2021- para comprender las nuevas tendencias y aprendizajes que tuvieron las personas en este sentido.
Relaciones más protagonistas que nunca
Casi 8 de cada 10 argentinos considera que las relaciones con su familia y amigos cobraron un nuevo valor en su vida luego de la pandemia y como clave de su bienestar. Con adaptaciones, con ajustes, a veces con tensiones en las fases más estrictas del confinamiento, se reconoce que hubo una necesidad de “reacomodamiento familiar” que fue desde repartir tareas en el hogar, a renegociar pactos entre las personas y hasta “pelear” por el wifi. A pesar de que casi 3 de cada 10 reconocen haber peleado más con sus familiares durante la fase más estricta del confinamiento, el saldo final es positivo: una revalorización de los vínculos estrechos y un efecto positivo de esto para la salud emocional.
Bienestar reloaded, vínculos que hacen bien a la salud
En la misma línea, el 70% de los argentinos considera que la pandemia lo obligó a reflexionar sobre sus vínculos y prioridades en la vida. Asimismo, más de 8 de cada 10 considera que las relaciones cercanas con familia y amigos no solo hacen a la felicidad, sino también a la salud y al bienestar.
La importancia del cara a cara o lo que la tecnología no puede superar
A pesar de haber sido el 2020 un año de mucho uso de tecnología prácticamente para todas las tareas cotidianas, desde estudiar, a trabajar o a comprar, el 72% declaró haber revalorizado los encuentros cara a cara luego de haber pasado tantos meses en confinamiento. Se considera que a pesar de todas las posibilidades tecnológicas, el cara a cara resulta irremplazable, así como las actividades recreativas y de ocio al aire libre en cuanto al efecto en la salud.
Tanto en hombres y mujeres de distintas edades, lo que más se extrañó durante la cuarentena estricta fue ver a los amigos cara a cara (68%), más aún que el poder viajar (61%), ver a otros familiares (61%) o la actividad física al aire libre o en un gimnasio (el 52%). La cuarentena extendida fue especialmente dura para los hombres y mujeres entre 18 y 24 años: el 74% siente que lo peor fue no poder ver a los amigos.
Desde la consultora, consideran también la posibilidad concreta de que el teletrabajo se consolide finalmente y las compañías coexistan en un modelo híbrido. “Estamos frente a una vida ‘doble H’: más híbrida y digital pero también valora más lo humano y presencial. Hay algo de lo humano, del cara a cara y lo presencial que la gente añora. A nivel del mundo laboral, habrá un lugar para lo físico todavía, frente al exceso actual de vida online y digital. Seguiremos valorando lo presencial, pero va a haber que repensar la vida cara a cara y en las razones para juntarnos ”, explica Ximena Díaz Alarcón, Co-Fundadora & Directora de Contenidos de Youniversal.
Más dispuestos a probar y a cuidarse
7 de cada 10 consumidores declara que la pandemia le enseñó a valorar más su salud y por lo tanto estará más atento a todos los factores que la integran: la salud física y también el bienestar emocional y anímico.
Se proyecta el crecimiento de todos los productos y categorías que ofrezcan un wellbeing integral que combine todas las dimensiones de lo que hoy se considera bienestar: desde cuidado personal, a cuidado anímico. En este sentido, se produjo un crecimiento del bienestar autogestionado: desde aplicaciones para hacer gimnasia o mindfullness, a aprender a cocinar casero para mejorar la salud.
También todos aquellos servicios que permitan un “escape” tanto simbólico como real: desde el gaming, hasta el turismo de cercanía o las escapadas locales, como forma de desconectar la mente y beneficiar el bienestar integral. En aquellos que pueden permitírselo, los viajes a USA para vacunarse contra el COVID-19 y tener así un “pasaporte de inmunidad”, también son prácticas emergentes.
Como implicancias para las marcas, será clave asegurar una experiencia de compra y consumo que pueda ir más allá de lo básico. Que sorprenda, agrade, entusiasme y permita “viajar” con la sensorialidad y la mente, para un consumidor que quiere sentirse bien de modo holístico, más allá de las restricciones del contexto pandémico.
Un bienestar ampliado a la comunidad
Pero no solo se trata del bienestar individual. La valoración de la comunidad bajo la idea de “un bienestar para todos”, parece haber sido un aprendizaje que dejó la pandemia. En este sentido, 4 de cada 10 sostiene que ahora le presta más atención a las marcas que compra, priorizando a las que hayan colaborado con la comunidad y la sociedad durante la pandemia. Más allá de la comunidad que nos rodea, el planeta como comunidad extendida que necesita más que nunca bienestar, parece también haber cobrado un nuevo protagonismo: 5 de 10 argentinos reconoce haber cambiado algunos hábitos a partir de estar más preocupado por la salud del planeta, por ejemplo habiendo comenzado a separar residuos.
Ximena Díaz Alarcón de Youniversal concluye: “El 2020 fue un año turbulento y desafiante prácticamente en todos los aspectos de nuestra vida y de nuestras rutinas, pero parece habernos enseñado a valorar más la salud y el bienestar en sentido amplio. En esta reflexión obligada sobre nuestros valores y nuestras prioridades, la salud y el bienestar surgen con un nuevo protagonismo como una de las cosas más valiosas que podemos tener en la vida”.